Esta expresión la escuche muchas veces, cuando cada mínimo movimiento requiere un esfuerzo sobrehumano.
Otra muy reconocida “como vaca empantanada”… siempre dando vueltas sobre lo mismo.
Te haz sentido en algún momento así?
Estas palabras te resuenan?
En tu vida cotidiana, en lo afectivo, en los vínculos, en el trabajo. Si seguro que sí!
Te cuento que yo muchas veces lo sentí y lo dije… y te puedo contar el momento exacto en el que salí del pantano..
En aquel tiempo, me veía atrapada sin salida!
Todos los esfuerzos que hacía, no conducían a ningún lado. Todo el tiempo volvía al mismo lugar de insatisfacción y de inseguridad.
Tal vez tuve un momento de lucidez, tal vez simplemente deje de hacer porque me cansé… la cuestión real es que en el momento en que dejé de tirar de la cuerda, pude aflojar la tensión y el panorama cambió!
Pude mirar a mi alrededor y elegir cual era la acción más apropiada para salir del pantano! Y pasito a pasito lo logré!
Escucho a muchas personas que me cuentan los esfuerzos que hacen para salir de una situación tóxica, ya sea laboral o de vínculos y se sienten frustradas porque no lo logran. A veces pensamos que cuanto más hacemos más estamos liberando y desde mi sentir siempre menos es más.
Solemos concentrarnos tanto en los problemas, ponemos la atención en el problema, todo el día hablando y pensando en lo mismo. Y no logramos resolver nada. Esta es una de las trampas de nuestra mente.
Es un proceso de aprendizaje y de observación, cuanto más enterrada en un pantano estas, más necesitas tranquilizarte, respirar y los movimientos necesitan ser lentos y seguros. Y para ello necesitamos tiempo y espacio.
Si te resuenan estas palabras solo escríbeme y veamos juntos la mejor acción!
Zulma
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