Ayyyy que miedo!!

Recuerdo que durante años la odié!!!! Si podía la eliminaba de los mazos de tarot, cuanto menos la escondía….

Esa carta maldita que desestabiliza todo… destruye todo lo que he construído con sudor y lágrimas!!!

Siempre tenía la imagen de los libros apocalípticos testigos de Jehová de mi abuela, donde temblaba porque todos iban a morir por pecadores hasta mi papá y mi mamá, pero mi abuela y yo ibamos a salvarnos porque leíamos la biblia… creo que de aquí viene mi adversión a los edificios.

Para mí, la gran controladora…el ojo que todo lo vé… la carta de la torre es el monstruo más grande del tarot….


El ser humano en su evolución siempre a aspirado a la divinidad, desde distintos aspectos. Algunos nobles y otros no tanto….

Y la torre representa esta aspiración, la construcción sólida y lenta, para ser lo que la deidad representa para ese ser. Una construcción que une lo humano con lo divino… que llega alto hasta el cielo y tal vez lo sobrepasa.

¿Que es la deidad para mi? ¿que representa?

¿el poder?, ¿la totalidad? ¿la benevolencia o la venganza? ¿la naturaleza o la riqueza? ¿el exito o la felicidad? ¿el compartir o el acumular? ¿el sabio, el justo, el bueno…. y en que circunstancias????

Cada una de estas cualidades de dios en mí, es un ladrillo más que me eleva y me enriquece, me forma, me construye como deidad en mi mundo… pero también me encasilla, me limita, me estructura, me condiciona y hasta a veces me aprisiona y obviamente me confunde…. en esta elevación solemos creernos más dioses que humanos y perdemos nuestras bases y allí es que pataplum…. la torre se cae.

Tradicionalmente esta carta, habla del caos, del desorden que provoca confusión, todo lo que conocemos como seguro se derrumba, todo lo que me hace ser quien soy, o por lo menos eso creo…

Es un arcano dificíl no lo puedo negar….

Pero hace tiempo comprendí, que a esa torre no la destruía nadie mas que yo! que eso que alguna vez había sido seguro, protector, que tal vez me había dado cobijo…. hoy me estaba ahogando, me encarcelaba y lo que destruía esas paredes afixiantes eran mis propias alas! LO CONSTRUYO YO, LO DESTRUYO YO.

Eso me permitió relajarme un poco…. te diré porque…

Primero porque si es algo que no me esta permitiendo crecer, avanzar, o ser felíz, claramente indica que su función caducó y es tiempo de soltar e ir por otra cosa… Si es algo obsoleto, esta caída indica limpieza, descarga, y alivio…etc.

Segundo porque si la que lo destruye soy yo misma…puedo elegir el procedimiento.

Estas dos observaciónes me permitieron el analisis de ¿a que me aferro?, ¿de que soy dependiente, ¿que no quiero soltar y porque? Según mi mirada nada vital se caerá… sólo lo que ya no sirve….

Muchas veces «arrastramos muertos», vinculos que hace años desaparecieron, pero los sostenemos por lo que «creí que era». A veces vivimos entre escombros de historias que fueron y dejaron de ser… guardamos ropa vieja, electrodomésticos pasados de moda que ni funcionan solo por si alguna vez los volveremos a necesitar…

Cuando comprendí esto comencé a ver cual es la mejor manera de deshacerme de ello.

Encontré varias… llorando, riendo, regalando, soltando a tiempo, pero encontré dos que son las que más resultado me han dado….

-bailar bailar y bailar

-respirar y observar

Cuando bailo mis alas se despliegan y toman su fuerza, me siento segura, si afuera hay un terremoto, dentro de mí también está…. lo siento, lo vibro y lo danzo…. hasta el agotamiento….

Cuando respiro y observo, soy parte también del derrumbe, pero sin juicio, conservando la calma, sabiendo que esto también pasará, y que nada de lo que se va me pertenece, y que todo lo que era, sólo es una ilusión y lo verdadero está detrás de ese velo.

Respirar y observar sin juicios, no es cosa fácil pero sí muy provechosa. Sabiendo que luego sólo queda recomponer lo real y verdadero. Y todo lo que haya después es potencial, es crecimiento y abundancia.

Zulma Moreyra

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